miércoles, 15 de agosto de 2012

YO ESTOY CON DIOS

YO ESTOY CON DIOS


Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
Que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir
a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.



MISTERIOS
Primer Misterio Glorioso. La Resurrección de Jesús.
(Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: "No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho".)
(Mt 28,1-7)

Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Segundo Misterio Glorioso. La Ascensión de Jesús al Cielo.
(Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista. Ellos se quedaron mirando fijamente al cielo mientras él se iba, cuando se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este Jesús que acaba de subir al cielo volverá tal como lo habéis visto irse al cielo".)
(He 1,9-11)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Tercer Misterio Glorioso. La Venida del Espíritu Santo.
(Al llegar el día de pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo les movía a expresarse.)
(He 2,1-4)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Cuarto Misterio Glorioso. La Asunción de María al Cielo.
(Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el todopoderoso ha hecho conmigo cosas grandes.)
(Lc 1,48-49)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Quinto Misterio Glorioso. La Coronación de María Santísima.
(Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza.)
(Ap 12,1)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Papa.
Salve.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

MISTERIOS GOZOSOS


 [La encarnación del Hijo de Dios]
Lc. 1, 30-31, 38
 1º. LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS
«Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra».

 

 [La Visitación]
Lc. 1, 41-43
 2º. LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL
«Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María, el niño saltó de gozo en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando en voz alta, dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor a visitarme?».

 

 [El nacimiento]
Lc. 2, 6-7
3º. EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS EN BELÉN.
«Y sucedió que, estando en Belén, le llegó a María la hora del parto, y dio a luz a su Hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada».

 

 [La presentación en el Templo]
Lc. 2, 22-24
4º. LA PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS EN EL TEMPLO.
«Y cumplidos los días de la purificación, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor, y para presentar como ofrenda un par de tórtolas o dos pichones, según lo mandado en la Ley del Señor».

 

 [Jesús perdido y hallado]
Lc. 2, 42-43, 46
5º. JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO.
«Cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre. Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo advirtiesen sus padres, y ocurrió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles».

MISTERIOS DOLOROSOS


[Jesús ora en el huerto] 
Lc. 22, 41-44
 1º. JESÚS ORA EN EL HUERTO
«Jesús, puesto de rodillas, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le vino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo».

 

[Jesús es flagelado]
Jn. 18, 38 - 19, 1
2º. JESÚS ES FLAGELADO
«Pilato se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo: Yo no encuentro en El ninguna culpa. Hay entre vosotros la costumbre de que os suelte uno por la Pascua, ¿queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces gritaron de nuevo: A Este no, a Barrabás. Barrabás era un ladrón. Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó que lo azotaran».

 

 [Jesús es coronado de espinas]
Mt. 27, 27-29
3º. JESÚS CORONADO DE ESPINAS
«Los soldados del procurador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en torno a El a toda la cohorte. Le desnudaron, le pusieron una túnica roja y trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y en su mano derecha una caña; se arrodillaban ante El y se burlaban diciendo: Salve, Rey de los judíos».

 

 [Jesús con la cruz a cuestas]
Jn. 19, 15-18
4º. JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
«Pilato entonces se lo entregó, para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y El con la cruz a cuestas salió hacia el lugar llamado de la Calavera, en h
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5º. JESÚS MUERE EN LA CRUZ
[Jesús muere en la cruz]«Le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y en el centro Jesús. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena; Jesús, viendo a su Madre, dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre. E inclinando la cabeza entregó el espíritu».
ebreo Gólgota

 


Jn. 19, 18; 25-27, 30
MISTERIOS LUMINOSOS 
Primer Misterio Luminoso. El Bautismo de Jesús.
(Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. Pero Juan quería impedirlo, diciendo: "Soy yo el que necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?" Jesús le respondió: "¡Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así toda justicia!" Entonces Juan accedió a ello. Una vez bautizado, Jesús salió del agua; y en esto los cielos se abrieron y vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él. Y se oyó una voz del cielo: "Éste es mi hijo amado, mi predilecto".)
(Mt 3,13-17)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Segundo Misterio Luminoso. Las Bodas de Caná.
(Tres días después hubo una boda en Caná de Galilea, en la que estaba la madre de Jesús. Invitaron también a la boda a Jesús y a sus discípulos. Se terminó el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le contestó: "¿A ti y a mí qué, mujer? Mi hora todavía no ha llegado". Su madre dijo a los sirvientes: "Haced lo que él os diga". Había allí seis tinajas de piedra de unos cien litros cada una para los ritos de purificación de los judíos. Jesús les dijo: "Llenad de agua las tinajas". Y las llenaron hasta arriba. Añadió: "Sacad ahora y llevádselo al maestresala". Y se lo llevaron. Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo: "Todos sirven primero el vino mejor; y cuando se ha bebido en abundancia, el peor. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora". Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus milagros, manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.)
(Jn 2,1-11)

Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Tercer Misterio Luminoso. El Anuncio del Reino de Dios.
(Después de ser Juan encarcelado, Jesús fue a Galilea a predicar el evangelio de Dios; y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cerca. Arrepentíos y creed en el evangelio".)
(Mc 1,14-15)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Cuarto Misterio Luminoso. La Transfiguración.
(Unos ocho días después Jesús tomó consigo a Pedro, a Juan y Santiago y los llevó al monte a orar. Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro y sus vestidos se volvieron de una blancura resplandeciente. Dos hombres, de improviso, se pusieron a hablar con él. Eran Moisés y Elías, que aparecieron con un resplandor glorioso y hablaban con él de su muerte, que iba a tener lugar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero lograron mantenerse despiertos y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". No sabía lo que decía. Mientras él estaba diciendo esto, vino una nube y los cubrió. Al entrar en la nube, los discípulos se asustaron. Y una voz desde la nube dijo: "Éste es mi hijo, el elegido, escuchadlo".)
(Lc 9,28-35)

Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Quinto Misterio Luminoso. La Institución de la Eucaristía.
(Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: "Tomad, esto es mi cuerpo". Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de él todos. Y les dijo: "Ésta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos".)
(Mc 14,22-24)
Breve pausa de reflexión.
Padre Nuestro, 10 Ave María (meditando el misterio), Gloria.
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria por las intenciones del Papa.
Salve.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
 
                                                                           PADRE NUESTRO 


Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén

DIOS TE SALVE MARIA

Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
 

CANTOS RELIGIOSOS
Alabare (alabare)
alabare (alabare)
alabare a mi señor (2)

Juan vio el numero de los redimidos
& todos alababan al señor
unos cantaban otros oraban
pero todos alababan al señor

alabare (alabare)
alabare (alabare)
alabare a mi señor (2)

somos tus hijos Dios padre eterno
tu nos has creado por amor
te alabamos te bendecimos
& todos cantamos en tu honor

alabare (alabare)
alabare (alabare)
alabare a mi señor (2)


2
Si tuviera fe
si tuviera fe
si tuviera fe fe fe
si tuviera fe
como un granito de mostaza
(asi de chiquitito)

eso dice el señor

Si tuviera fe
si tuviera fe
si tuviera fe fe fe
si tuviera fe
como un granito de mostaza
(asi de chiquitito)

eso dice el señor

Yo les diria a las montañas
muevanse muevanse
muevansesese
Yo les diria a las montañas
muevanse muevanse
muevansesese

Y las montañas de moveran ¡¡¡¡¡uhhhuuh!!!!
Se moveran ¡¡¡¡¡¡¡uuh!!!!!
se moveraaaan
Y las montañas de moveran ¡¡¡¡¡uhhhuuh!!!!
Se moveran ¡¡¡¡¡¡¡uuh!!!!!
se moveraaaan
 

 3
Un soldado a casa hoy regreso
Y un niño enfermo se curo
Y hoy no hay trabajo en el bosque de la lluvia

Un desamparado se salvo
Por causa de una buena acción
Y hoy nadie lo repudia, hallelujah

Hallelujah, hallelujah, hallelujah, hallelujah

Carlos:
Un ateo que consiguió creer
Y un hambriento hoy tiene de comer
Y hoy donaron a una iglesia una fortuna

David:
Que la guerra pronto se acabara
Que en el mundo al fin reinara la paz
Que no habrá miseria alguna, hallelujah

Urs:
Hallelujah, hallelujah, hallelujah, hallelujah

Por que la norma sea el amor
Y no gobierne la corrupción
Sino lo bueno y lo mejor del alma pura

Todos:
Porque dios nos proteja de un mal final
Porque un día podamos escarmentar
Con que acaben con tanta furia, hallelujah

Urs:
Hallelujah, hallelujah, hallelujah, hallelujah
 

PECADOS CAPITALES 

1.      La Soberbia.

Es el principal de los pecados capitales. Es la cabeza de “todos” los restantes pecados. Recordemos que por esta falta, según la teología cristiana, el hombre fue expulsado del jardín del paraíso. Es una ofensa directa contra Dios, en cuanto el pecador cree tener más poder y autoridad que Dios. En general es definida como “amor desordenado de sí mismo”. Según Santo Tomás la soberbia es  “un apetito desordenado de la propia excelencia”. Se considera pecado mortal cuando es perfecta, es decir, cuando se apetece tanto la propia exaltación que se rehúsa obedecer a Dios, a los superiores y a las leyes. Se trata de renunciar a Dios en cuanto es Verdad y sentido conductor de la existencia e instalarse a sí mismo como Verdad suprema e infalible y como fundamento de la acción humana.

2.      La Acidia (Pereza).

Es el más “metafísico” de los Pecados Capitales en cuanto está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal. Es también el que más problemas causa en su denominación. La simple “pereza”, más aún el “ocio”, no parecen constituir una falta. Hemos preferido, por esto, el concepto de “acidia” o “acedía”.  Tomado en sentido propio es una “tristeza de animo” que nos aparta de las obligaciones espirituales y divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran. Bajo el nombre de cosas espirituales y divinas se entiende todo lo que Dios nos prescribe para la consecución de la eterna salud (la salvación), como la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de religión. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. 
 
3.      La Lujuria.

Tradicionalmente se ha entendido la lujuria como “appetitus inorditatus delectationis venerae” es decir como un apetito desordenado de los placeres eróticos. La tradición cristiana subdividió este pecado en la simple fornicación, el estupro, el rapto, el incesto, el sacrilegio, el adulterio, el pecado contra la naturaleza, comprendiendo bajo esta última especie, la polución voluntaria, la sodomía y la bestialidad. La lujuria sería siempre un “pecado mortal” pues involucra directamente la utilización del otro, del prójimo, como un medio y un objeto para la satisfacción de los placeres sexuales.
Hay en este pecado dos grandes principios en juego: el verdadero concepto del amor y la finalidad de la sexualidad. El cristianismo –y gran parte de la tradición clásica especialmente la griega–, entienden por “amor” algo muy distinto de lo que el mundo contemporáneo comprende. El concepto de amor tiene una importancia central en el cristianismo. De hecho Dios mismo es identificado con el amor. Para el cristiano el amor es “superabundancia”, capacidad de dar y de darse, “caritas”, en definitiva: caridad, una de las tres Virtudes Teologales. De esta manera el amor implica un donarse, un darse por el otro, por el prójimo. Recordemos la segunda parte del único mandamiento que anuncia el Nuevo Testamento: “...amar al prójimo como a sí mismo”. El amor cristiano, y también el griego, está, de esta forma, desligado en su origen de cualquier tipo de sexualidad, incluso de la corporeidad. Lo erótico es una consecuencia, un plus totalmente prescindible. La casi sinonimia entre amor y sexo es producto de la modernidad. El “hacer el amor” como sinónimo de “relación sexual” es el mejor ejemplo de lo anterior. La Lujuria sería entonces totalmente contraria al amor –y a Dios– entendido en términos cristianos

4.      La Avaricia.

La teología cristiana explica el pecado de la avaricia como “amor desordenado de las riquezas”, es desordenado, continua, “porque lícito es amar  y desear las riquezas con fin honesto en el orden de la justicia y de la caridad, como por ejemplo, si se las desea para cooperar más eficazmente con al gloria de Dios, para socorrer al prójimo etc. El crimen de la avaricia no lo constituyen las riquezas o su posesión, sino el apego inmoderado a ellas; “esa  pasión ardiente de adquirir o conservar lo que se posee, que no se detiene ante los medios injustos; esa economía sórdida que guarda los tesoros sin hacer uso de ellos aun para las causas más legítimas; ese afecto desordenado que se tiene a los bienes de la tierra, de donde resulta que todo se refiere a la plata, y no parece que se vive para otra cosa que para adquirirla.”
“La  avaricia, por consiguiente, es pecado mortal siempre que el avaro ame de tal modo las riquezas y pegue su corazón a ellas que está dispuesto a ofender gravemente a Dios o a violar la justicia y la caridad debida al prójimo, o a sí mismo.”
En la avaricia se ven claramente los elementos comunes a todos los pecados. Por una lado, el avaro pierde el verdadero sentido de su acción poniendo el fin en lo que debería ser un medio, en este caso la obtención y la retención de las riquezas

5.      La Gula.

Como “uso inmoderado de los alimentos necesarios para la vida” es definido este pecado. La definición teológica se complementa con que “el placer o deleite que acompaña al uso de los alimentos, nada tiene de malo; al contrario, en el efecto de una providencia especial de Dios para que el hombre cumpliese más fácilmente  con el deber de su propia conservación. Prohibido es, empero, comer y beber hasta saciarse por ese solo deleite que se experimenta”. De esta manera, la religiosidad latina especifica estas faltas en: proepropere: comer antes de tiempo o cuando se debe abstener de comer, por ejemplo en los días de ayuno señalados por la Iglesi; laute: cuando se comen manjares que superan las posibilidades económicas de la persona; nimis cuando se bebe o se come en perjuicio de la salud de la persona; ardenter: cuando se como con extrema voracidad o avidez a manera de las bestias.
 
6.      La Ira.

Appetitus inordinatus vindictae” es decir, un “apetito desordenado de venganza”. “Que se excita –continua la definición latina– en nosotros por alguna ofensa real o supuesta. Requiérase, por consiguiente, para que la ira sea pecado, que el apetito de venganza sea desordenado, es decir, contrario a la razón. Si no entraña este desorden no será imputado como pecado”. De esto ultimo se desprende que habría una ira “buena y laudable” si no excede los límites de una prudente moderación y tiene como fin suprimir el mal y reestablecer un bien. “El apetito de venganza es desordenado o contrario a la razón, y por consiguiente la ira es pecado, cuando se desea el castigo al que no lo merece, o si se le desea mayor al merecido, o que se le infrinja sin observar el orden legítimo, o sin proponerse el fin debido que es la conservación de la justicia y la corrección del culpable. Hay también pecado en la aplicación de la venganza, aunque esta sea legítima, cuando uno se deja dominar por ciertos movimientos inmoderados de la pasión. De esta manera la ira se convierte en pecado gravísimo porque vulnera la caridad y la justicia. Son hijos de la Ira: el maquiavelismo, el clamor, la indignación, la contumelia, la blasfemia y la riña”.
 
7.      La Envidia

La envidia es definida como “Desagrado, pesar, tristeza, que se concibe en el ánimo, del bien ajeno, en cuanto este bien se mira como perjudicial a nuestros intereses o a nuestra gloria: tristia de bono alteriusin quantum est diminutivum propiae gloriae et excellentiae” De esta manera, para saber si la envidia es una falta moral, es necesario investigar el verdadero motivo que produce la tristeza que se siente frente al bien que posee el prójimo. De esta manera la envidia no es pecado  
10 mandamientos
1. amar a dios sobre todas las cosas
2.no tomaras el nombre de dios en vano
3. santificaras el dia del señor
4. honrrar a padre y a madre
5. no matar
6. no cometer actos impuros
7. no robaras
8.no levantar falsos testimonios
9-. no consentiras deseos impuros
10. no codicionaras los bienes ajenos


 

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